El desierto de Mahoya
La zona llamada el Desierto de Mahoya o de Abanilla, en Murcia, contiene unos paisajes y un entorno muy especial. Sin embargo hay que precisar alguna cosa. La más importante es que se suele asociar el término 'desierto' a grandes espacios cubiertos dunas, horizontes infinitos y perfiles ondulantes... Pues de eso aquí, nada. Este es un desierto al estilo de los de Almería, más pedregoso que arenoso, y además los horizontes son más bien finitos: se trata de un desierto de bolsillo (podríamos decir), una cuenca de varias barrancadas y una rambla en la que la erosión ha organizado un festival de formas y contornos en un ambiente de extrema aridez. Las gentes del lugar, siempre pragmáticos, lo llaman simplemente Los Barrancos. Para conocerlo y hacernos un idea de lo que es puede bastar un pateo de una o dos horas (aunque seguro que para profundizar en él hace falta mucho más). Podemos dejar el vehículo en el mirado de los Barrancos, al que se accede desde Mahoya. Desde allí hay