Las calas del Cabo de Gata

La costa del Parque Natural de Cabo de Gata (Almería) es una sucesión de playas y acantilados que definen unos paisajes de una gran belleza. Algunas de las playas se encuentran en bahías más o menos abiertas, pero las que, para mí, le dan más encanto y atractivo al Parque son la que se encuentran calas, alejadas de los caminos para vehículo y que hacen bueno el eslogan de "el monte para quien lo pisa", o en su vertiente marinera "la playa para el se la patea".

Del amplio muestrario de calas de todos los tamaños que hay a lo largo de los muchos kilómetros de costa del Parque, voy a hablar aquí de las que hay entre la Playa de los Genoveses y la Playa de Monsul, que definen una ruta deliciosa, entre las áridas montañas y el mar Mediterráneo.

Un aparcamiento en cada extremo hace que la ruta pueda ser de un sólo sentido si tenemos dos coches, y si no es una ruta circular, como aquí se presenta.


Desde el aparcamiento de la Playa de los Genoveses, salimos atravesando pequeñas dunas y alguna lagunilla, a la misma playa. Tomamos hacia la derecha (dirección más o menos S) por la misma orilla hasta que la playa casi se termina. Por la ladera se ve claramente el arranque de un sendero que seguiremos a lo largo de toda la costa y en el que no deberíamos perdernos.

Playa de los Genoveses

Un primera bifurcación, nada mas empezar nos permite subir el Morrón de los Genoveses si tomamos hacia la izquierda o bien seguir la ruta hacia la derecha. Desde el Morrón, pero también desde el mismo sendero la vista de la bahía que forma la playa de los Genoveses es hermosa.

Cala Amarilla y Morrón de los Genoveses

Si seguimos el camino comenzamos por pasar sobre la Cala Amarilla, a la que se puede bajar por un empinado sendero, y después pasaremos sobre la Cala Chica. Al alcanzar un collado el camino se bifurca de nuevo. La ramal de la izquierda va sobre el mismo acantilado, más aéreo, y el de la de derecha sube un poco más y rodea el cerro, pero ambos convergen sobre la Cala Grande.

La Cala Grande

Deberemos ahora bajar hasta la playa. Comienza aquí el tramo que, para mí, es más espectacular. Nuestro camino sigue ahora junto al mar, por la base de los acantilados, enlazando varias calas con sus espectaculares playas: la Cala Grande, la Cala del Barranco y la Cala del Lance del Perro. Las formas volcánicas, las coladas y columnatas de basalto negro jalonan el camino sirviendo de contrapunto a la blanca espuma de las olas.

Una columnata de basalto

Entre los acantilados y el mar, cerca de la cala del Barranco

Me imagino que cuando el mar esté fuerte no se podrá pasar, pero en condiciones normales es una experiencia a no perderse.

Al final de la última cala, debemos de nuevo ascender monte arriba pues una última colada de lava bloquea la continuación por la orilla. Nuevamente un colladito nos da la opción de seguir pegados al acantilado, con vistas más aéreas, o rodear adentrandonos un poco hacia el interior. En ambos casos venimos a salir sobre la Cala del Barronal, a la que deberemos bajar.

Si las fuerzas flaquean, desde aquí se puede salir ya a la pista de vehículos y a un pequeño aparcamiento, pero también se puede seguir, remontando el último cerro que nos separa de la Playa de Monsul, destino de nuestra ruta.

Llegando a la Playa de Monsul

En este ultimo tramo bordeamos la gran duna de Monsul-Barronal sin adentrarnos en ella (está protegida) y accedemos desde lo alto al extremo E de la playa de Monsul. Ésta es famosa no sólo por su belleza, sino porque en ella se han filmado escenas de alguna conocidas películas. La más famosa "Indiana Jones y la última Cruzada". En concreto se filmó aquí la escena en que el padre de Indiana, interpretado por Sean Conery, hace que un avión alemán se estrelle espantando unas gaviotas, al tiempo que cita un pasaje de la Biblia.

La Playa y Ensenada de Monsul

Si el clima lo permite, el baño en la playa es una buena recompensa, aunque después de las recónditas calas que hemos atravesado esta se nos antoja "llena de gente".

Desde aquí podemos hacer el regreso saliendo a la pista para vehículos que llega al aparcamiento, y caminando hasta la playa de los Genoveses. Poco más de media hora de caminata basta para este regreso.

En total unas tres horas y media, dependiendo de lo que hayamos querido parar a disfrutar de los paisajes que esta ruta tan especial nos ha brindado.


Para redondear el día, en San José hay numerosos restaurantes donde comer y reponer fuerzas. A nosotros nos fue muy bien en el que se llama El Emigrante: Pescado fresco y delicioso.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Vaya tela!!
Que bueno, estuvimos por todas esas playas hace 1000 o 2000 años, e intentamos llegar al volcan pero estaba en erupción y no conseguimos llegar(agosto 11a.m - 44ºc). Las mejores fallas que te has podido pegar. Saludos y Acuerdate de la Espe!!!

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