Las Icnitas de Tazones
Tazones es, como se solía decir, una villa marinera de la costa central asturiana, con menos de trecientos habitantes, salvo en verano, que seguro que se incrementa bastante.
El lugar merece una visita, con su pequeño puerto y las calles empinadas que conducen a él. Sin duda hay que ir. Pero además forma parte de lo que a veces se llama la Costa de los Dinosaurios de Asturias, y que abarca desde Gijón hasta Ribadesella, pasando por Villaviciosa y por Tazones.
Se trata de varios grupos de huellas fósiles de dinosaurios, técnicamente icnitas, que en su momento quedaron impresas sobre rocas que son areniscas y calizas. Al menos en parte son del periodo jurásico, como es el caso de las de Tazones que aquí comentamos.
Para acceder a las icnitas, desde el puerto hemos de bajar a la playa dirección sur, y a no más de doscientos o trescientos metros las encontramos, poco después de empezar a recorrer como podemos la base de los acantilados.
Están señalizadas, pero la señalización es tan discreta y tan respetuosa con el medio, que casi no se ve. Además está un poco dañada, no se si por la acción del mar, pues las icnitas están en zona donde la olas alcanzan a llegar, o de algún ciudadano poco escrupuloso. A penas un plaquita blanca de unos 20 cm de lado, con un dibujo que uno (sabiéndolo) reconoce como una icnita, marca el lugar de las huellas.
Hay dos grupos de icnitas. El primero según llegamos está sobre un estrato de roca oscura, inclinado unos 45%. Hay en él tres huellas que se vean claramente, todas de dinosaurios tridáctilos (parece ser que eso indica que eran carnívoros). Las huellas que mejor se ven están una en lo alto del estrato, sobre la placa indicadora, y la otra en la base del estrato.
El segundo grupo está formado por una sola huella, no muy bien visible situada sobre la placa indicadora.
Como icnitas, al menos estas que comento, no son una maravilla (sin quitar su interés científico), pero en conjunto la visita a Tazones y el paseo hasta las huellas merece la pena.
De regreso hacia el puerto, tenemos un excelente vista de Tazones.
El lugar merece una visita, con su pequeño puerto y las calles empinadas que conducen a él. Sin duda hay que ir. Pero además forma parte de lo que a veces se llama la Costa de los Dinosaurios de Asturias, y que abarca desde Gijón hasta Ribadesella, pasando por Villaviciosa y por Tazones.
Se trata de varios grupos de huellas fósiles de dinosaurios, técnicamente icnitas, que en su momento quedaron impresas sobre rocas que son areniscas y calizas. Al menos en parte son del periodo jurásico, como es el caso de las de Tazones que aquí comentamos.
Para acceder a las icnitas, desde el puerto hemos de bajar a la playa dirección sur, y a no más de doscientos o trescientos metros las encontramos, poco después de empezar a recorrer como podemos la base de los acantilados.
Están señalizadas, pero la señalización es tan discreta y tan respetuosa con el medio, que casi no se ve. Además está un poco dañada, no se si por la acción del mar, pues las icnitas están en zona donde la olas alcanzan a llegar, o de algún ciudadano poco escrupuloso. A penas un plaquita blanca de unos 20 cm de lado, con un dibujo que uno (sabiéndolo) reconoce como una icnita, marca el lugar de las huellas.
Hay dos grupos de icnitas. El primero según llegamos está sobre un estrato de roca oscura, inclinado unos 45%. Hay en él tres huellas que se vean claramente, todas de dinosaurios tridáctilos (parece ser que eso indica que eran carnívoros). Las huellas que mejor se ven están una en lo alto del estrato, sobre la placa indicadora, y la otra en la base del estrato.
El segundo grupo está formado por una sola huella, no muy bien visible situada sobre la placa indicadora.
Como icnitas, al menos estas que comento, no son una maravilla (sin quitar su interés científico), pero en conjunto la visita a Tazones y el paseo hasta las huellas merece la pena.
De regreso hacia el puerto, tenemos un excelente vista de Tazones.
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