La caldera de Majada Redonda

En el Parque natural del Cabo de Gata, existen algunas zonas de vulcanismo antiguo. Entre ellas destaca la  caldera volcánica de Majada Redonda.

Visitarla no tiene ningún misterio, siendo una excursión fácil y cómoda, simepre que no cometamos el error de ir en épocas de mucho calor.

Desde el caserío de Presillas Bajas el sendero, señalizado, remonta una rambla que nos lleva hasta la caldera. La rambla se curva en una serie de meandros que pueden evitarse (algunos) por senderillos que acortan la curva, y además ayudan a que el camino no sea tan monótono.


Se pasa junto a las ruinas de un cortijo (que queda a nuestra izquierda) y poco después el camino se bifurca. A la izquierda sigue un ramal de la rambla que sube hacia el caserío de Presillas Altas, a la derecha comienza a entrar en la caldera, a través del barranco que la erosión ha abierto como desagüe de la caldera.


A los pocos metros nos encontramos la sorpresa de los restos de un coche (un Renault 8 o un Seat 131, tal vez) que medio enterrado en piedras se halla en el fondo de la rambla. Cómo ha llegado hasta aquí es un pequeño misterio. El seco clima ha hecho que se conserve bien, aunque resulta evidente que lleva años en ese lugar.

Poco más adelante el barranco se abre y nos encontramos ya francamente dentro de la Caldera. A todo nuestro alrededor los altos picos nos ayudan a evocar el aspecto que en algún tiempo debió tener.


Si hasta llegar aquí no hemos visto casi ningún terreno cultivado, el en interior de la caldera hay algunos campos (abandonados) dónde en tiempos se cultivaba trigo y algunos almendros. Ello se debe a que la topografía de la caldera hace que la escasa lluvia que cae en la zona se "concentre" en el fondo de la misma, produciendo un grado de humedad superior al del entorno (sin que sea mucho).

El regreso se hace por la misma ruta, y el tiempo de ir y volver apenas supera las dos horas.

Comentarios

VELOSO ha dicho que…
MUITO BOM SEU BLOG E SEU TRABALHO !

Entradas populares de este blog

El tunel de Cudillero

La Cueva de Cirat

Las Icnitas de Tazones