Ermita de San Antonio en Galamus

Ermitas dedicadas a San Antonio hay muchas, entre otras cosas porque al haber varios 'San Antonios' , digamos que juegan con ventaja. La que referenciamos en esta entrada es la que está ubicada en la garganta de Galamus, en el sur de Francia, así que para ser correctos deberíamos decir que es "l'Ermitage de Saint Antoine de Galamus".


Esta ermita está dedicada en origen a San Antonio Abad (conocido popularmente en Valencia como el 'del porquet', porque se suele representar acompañado por un cerdito). Se encuentra situada en medio del acantilado que forma la pared izquierda de la Garganta de Galamus (que por si sóla ya merece una visita), cerca de su entrada sur. Francia es un gran país, y es el parking num. 2, desde donde se inicia el paseo, hay un bar donde coger fuerzas antes comenzar y/o recuperarse después de terminar la pequeña ruta.


Desde aquí un sendero se descuelga por la lado norte del parking, desde dónde ya se vé la ermita, y va descenciento hasta alcanzar un nivel que nos situa un poco por debajo de la ermita, a la que tendremos que acceder subiendo unas últimas lazadas del camino. 

La puerta de acceso al recinto da paso directamente a la cueva o abrigo dónde si situa la zona de culto. A la izquierda vemos a Sna Antonio Abad (con su 'porquet'), y de propina tenemos también a San Antoni de Padua, son el niño Jesús en brazos. Todo un dos por uno en materia de 'San Antonios'.



El espacio está presidido por un Cristo de inspiración románica, y la devoción popular ha hecho que se coloquen,en las paredes de la cueva, también numerosas imágenes de la Virgen de Lourdes, cuyo santuarío no está muy lejano y que también se asocia con los cultos en cuevas.

A la izquierda de la entrada, una escalera nos permite acceder a una pequeña plaza donde está la inevitable tienda de recuerdos (y refrescos) y algunas dependencias adicionales al conjunto. Lo que se ve parece que es del sigo XVIII, aunque el culto es bastante más antiguo.


El regreso se puede hacer por el mismo sitio, o bien remontar unas escaleras que parten de esta placita y que tras cruzar un tunel y dar unas lazadas nos llevan a la carretera de la garganta, desde la que volvemos a pie llano al parking de salida.




Un detalle curioso: antes de entrar hay un cartel que prohibe la entrada en traje de baño (normal, es una ermita), con traje de buceo (por la gente que hace canyoning en la garganta, más o menos normal también, para que no lo dejen todo perdido) y a los espeleos (pobres de nosotros que no hemos hecho nada...) Por cierto, incunmplí la prohibición (mea culpa).  

Y un mensaje final, muy del espíritu montañero:




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