El desierto de Mahoya

 La zona llamada el Desierto de Mahoya o de Abanilla, en Murcia, contiene unos paisajes y un entorno muy especial. Sin embargo hay que precisar alguna cosa. La más importante es que se suele asociar el término 'desierto' a grandes espacios cubiertos dunas, horizontes infinitos y perfiles ondulantes... Pues de eso aquí, nada. 

Este es un desierto al estilo de los de Almería, más pedregoso que arenoso, y además los horizontes son más bien finitos: se trata de un desierto de bolsillo (podríamos decir), una cuenca de varias barrancadas y una rambla en la que la erosión ha organizado un festival de formas y contornos en un ambiente de extrema aridez. Las gentes del lugar, siempre pragmáticos, lo llaman simplemente Los Barrancos.

 


Para conocerlo y hacernos un idea de lo que es puede bastar un pateo de una o dos horas (aunque seguro que para profundizar en él hace falta mucho más). Podemos dejar el vehículo en el mirado de los Barrancos, al que se accede desde Mahoya. Desde allí hay que buscar alguna de las sendas medio insinuadas que se dirigen hacia la Rambla del Font. Estas sendas van por la parte alta de los lomos de erosión, tipo bad-lands, lo que nos permite un avance cómodo y rápido y al mismo tiempo ir viendo los repliegues y giros de las barrancadas. 

 

Al acercarnos a la Rambla, el terrenos e convierte un llano que pronto se ve surcado de profunda grietas de erosión que complican mucho el avance, pues su profundidad, anchura y la consistencia de terreno no aconsejan ponerse a saltarlas, y rodearlas es la opción más segura pero más lenta.

 

Llegados al borde del cantil de la Rambla del Font, tenemos una vista de los amplios meandros que se forman antes del puente de la carretera que lo cruza por el extremo sur del desierto. Bajando al lecho de una barrancada que se dirige hacia el S podemos acceder al lecho de la Rambla (un acceso más directo es imposible por la altura del cantil que marca la margen izquierda de la rambla).

 


Por esa misma barrancada tomamos en dirección general N, siguiendo los continuos cambios de dirección de la misma, hasta que se hace más angosta y remontamos su margen izquierda para situarnos nuevamente en uno los lomos de erosión, y ya sin perder altura regresamos a la pista forestal y al coche. 

Más información y ruta en miWikiloc

 


 

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