El Barranco de la Hoz (Calmarza)
Con el nombre del Barranco de la Hoz hay muchos parajes interesantes repartidos al menos por todas la cordillera Ibérica, y seguro que también alguno más por otras zonas. Normalmente se asocia a sierras calizas, con relieves aproximadamente tabulares (estratos casi horizontales), y en los que las aguas han abierto profundos surcos que zigzaguean por el paisaje, como testigo del cauce de ríos que hace mucho desaparecieron, o que tienen ahora un caudalito que difícilmente explica la grandiosidad del valle formado.
El que ahora comentamos aquí esta entre Jaraba y Calmarza, en la provincia de Zaragoza, comarca Calatayud. El Barranco de la Hoz es afluente por margen derecha del río Mesa, que entre Villel de Mesa y Jaraba, pero sobre todo entre Calmarza y Jaraba, forma otra hoz espectacular que merece la pena de ser recorrida, aunque sea en coche.
El Barranco de la Hoz arranca en un meandro del río Mesa, y lo primero que vemos al comenzar, visible desde la misma carretera, es el Santuario de Nuestra Señora de Jaraba, trepado en la pared derecha del Barranco. Acceder al mismo resulta interesante por la vista que se va ganando del Barranco, de los acantilados y del las buitreras que caracterizan la zona. Que esté abierto para poder visitarlo parece más una cosa de lotería. Justo enfrente, una pista sube hacia un mirador sobre la hoz del río Mesa.
A partir del santuario el barranco ya sólo es practicable a pié, aunque es un sendero muy cómo, ancho y con poca aunque constante pendiente, pues vamos remontando el viejo cauce. Como el camino no poner problemas, podemos dedicarnos a admirar los farallones que cada revuelta nos descubre, descubrir una vegetación dura pero frondosa a su manera y, sobre todo, ver lo que casi constituye un museo al aire libre de corralizas, abrigos y parideras para el ganado.
En efecto, este elemento de la arquitectura y cultura popular tan poco valorado en general, ha sido aquí cuidado con esmero, y en algún caso incluso reconstruido. Se han colocado paneles explicativos interesante, en lo que incluso los amantes del tema siempre encuentran novedades y datos desconocidos. Los distintos tipos presentes en al Barranco forman un buen catálogo de lo que en otros lugares hay que ir buscando dispersos por la montaña. La riqueza en tales estructuras se debe al paso por el propio cauce del Barranco de la Cañada del Campillo, vía de tráfico de ganados con siglos de actividad a sus espaldas.
A unos 4 km de camino, frente a una gran corraliza situado bajo un amplio saliente rocoso, arranca en la margen izquierda del Barranco un senda que nos lleva a un grupo de pinturas rupestres de tipo levantino interesante, y que constituyen (según parece) un ejemplo raro del mismo por su ubicación tal al interior. Se llama Roca Benedí, y parece un milagro que hayan sobrevivido hasta nuestros días, porque a penas están protegidas de la intemperie, pese a lo cual se aprecian bastante bien.
Combinando Barranco y pinturas, resulta una excursión de lo más interesante, tan larga como queramos o como el tiempo disponible nos deje. Una pena que no hayan cuevas, o si las hay que no las conozcamos. Nada es perfecto.
El que ahora comentamos aquí esta entre Jaraba y Calmarza, en la provincia de Zaragoza, comarca Calatayud. El Barranco de la Hoz es afluente por margen derecha del río Mesa, que entre Villel de Mesa y Jaraba, pero sobre todo entre Calmarza y Jaraba, forma otra hoz espectacular que merece la pena de ser recorrida, aunque sea en coche.
El Barranco de la Hoz arranca en un meandro del río Mesa, y lo primero que vemos al comenzar, visible desde la misma carretera, es el Santuario de Nuestra Señora de Jaraba, trepado en la pared derecha del Barranco. Acceder al mismo resulta interesante por la vista que se va ganando del Barranco, de los acantilados y del las buitreras que caracterizan la zona. Que esté abierto para poder visitarlo parece más una cosa de lotería. Justo enfrente, una pista sube hacia un mirador sobre la hoz del río Mesa.
A partir del santuario el barranco ya sólo es practicable a pié, aunque es un sendero muy cómo, ancho y con poca aunque constante pendiente, pues vamos remontando el viejo cauce. Como el camino no poner problemas, podemos dedicarnos a admirar los farallones que cada revuelta nos descubre, descubrir una vegetación dura pero frondosa a su manera y, sobre todo, ver lo que casi constituye un museo al aire libre de corralizas, abrigos y parideras para el ganado.
En efecto, este elemento de la arquitectura y cultura popular tan poco valorado en general, ha sido aquí cuidado con esmero, y en algún caso incluso reconstruido. Se han colocado paneles explicativos interesante, en lo que incluso los amantes del tema siempre encuentran novedades y datos desconocidos. Los distintos tipos presentes en al Barranco forman un buen catálogo de lo que en otros lugares hay que ir buscando dispersos por la montaña. La riqueza en tales estructuras se debe al paso por el propio cauce del Barranco de la Cañada del Campillo, vía de tráfico de ganados con siglos de actividad a sus espaldas.
A unos 4 km de camino, frente a una gran corraliza situado bajo un amplio saliente rocoso, arranca en la margen izquierda del Barranco un senda que nos lleva a un grupo de pinturas rupestres de tipo levantino interesante, y que constituyen (según parece) un ejemplo raro del mismo por su ubicación tal al interior. Se llama Roca Benedí, y parece un milagro que hayan sobrevivido hasta nuestros días, porque a penas están protegidas de la intemperie, pese a lo cual se aprecian bastante bien.
Combinando Barranco y pinturas, resulta una excursión de lo más interesante, tan larga como queramos o como el tiempo disponible nos deje. Una pena que no hayan cuevas, o si las hay que no las conozcamos. Nada es perfecto.
Este enlace permite acceder al track de la ruta: Barranco de la Hoz
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